Son de Bariloche y el fútbol es el espacio que se convirtió hace cinco años en la excusa perfecta para juntarse todos los sábados del año y, así, afianzar la amistad
El sol está fuerte a las 3 de la tarde en las canchas de Barrio Parque sobre la calle Ortíz de Ocampo. Las “Chichizolas” -así se llaman- ganaron y el equipo está entre los tres mejores del campeonato. Hace cinco años que juegan y aseguran entenderse cada vez más. Pero al terminar el partido las caras de las chicas del sur no parecen demostrar que todo es color de rosa en el equipo. Se abrazan fuerte con sentimientos encontrados. Unas empiezan a cantar y las otras la siguen: “La China no se va, la China no se va”.
La China (23), la defensora, se vuelve a Bariloche como muchas otras integrantes de las Chichozolas que fueron regresando a su ciudad natal. Vinieron a estudiar, la mayoría se recibió y todas trabajan, pero alguna de vez en cuando se va de la urbe.
Cuando se les preguntó cómo van a reemplazar a la China, la respuesta fue “no sabemos, estamos tristes, es una gran jugadora”. Otra agrega: “Caro también se fue, otra grande”. Nanu (25) comenta: “Y se levantó a mi hermano de paso”. Todas se ríen. “Se enamoró de él y se fue a vivir a Bariloche con él”, cuenta.
Nanu jugaba con su hermano cuando era chica pero siempre la mandaban al arco. En Buenos Aires pudo saber lo que es jugar como delantera y lo hace muy bien, es una de las mayores goleadoras del torneo. Dulce (28), también de las mejores jugadoras del campeonato, primera en la tabla, es la que más experiencia tiene pero prefiere mantener perfil bajo durante la entrevista.
Cuando empezaron como equipo, ninguna sabía nada de fútbol. Comenzaron desde el km 0, las golearon y año a año se sorprendieron como iban mejorando. Eso sí, ninguna falta y todos los sábados juegan.
“Adentro somos todas competitivas y estudiamos a nuestra rival”, aseguró Sofi (21), la más chica. Ofició de arquera aunque es delantera y también es una de las goleadoras del torneo, agregó que les cuesta llamarse equipo porque son un grupo de amigas.
Las chicas de la Patagonia la noche anterior festejaron el cumpleaños de la DT Gisela. “Yiyo, nuestra DT, se lesionó hace bastante pero siguió siendo parte del equipo. Si no estuviera no sería lo mismo, la precisamos siempre. Se muere por estar adentro pero nos alienta de afuera y nos mantiene unidas. Ella es el signo del compromiso que hablábamos”, dice Sofi.
Asimismo, uno de los beneficios de tener una DT amiga es que sabe decirle las cosas de la manera adecuada, las conoce a todas y, además, la tiene clara acerca de cómo incentivarlas.
Surge la duda de por qué se llaman “Chichizolas”. Todas coinciden en que la DT tiene que explicarlo: “Estábamos mirando a River cuando se fue a la B y Chichizola estaba de arquero. Justo queríamos formar un equipo pero sin que ningún hombre nos dirija. Además, estábamos todas solteras en ese momento, ya no” -se ríen-, cuenta Gise (25).
Finalizando la charla resaltan su meta: “Salir campeonas en este torneo, nos lo merecemos”. Además, todas asienten que jugar al fútbol con amigas es muy divertido, mucho más que otras actividades como ir al gimnasio.
El equipo que no pierde el entusiasmo y las ganas de seguir jugando transitará una nueva etapa con una con cambio de una jugadora importante. Cuando se le consulta a la China si les quiere decir algo, pregunta: “¿Podés poner en la nota que las quiero?”.
Colaboró con esta nota: Guillermina Riva Carretti
Twitter:@GuillerminaRC