Millones de mujeres de diferentes nacionalidades sienten afición por la Copa Mundial de Fútbol. Pero el ámbito de este deporte y el espectáculo mundialista sigue desvalorizando el rol de las mujeres, tratándolas como objetos y excluyéndolas. Esta discriminación es más profunda para las mujeres futbolistas. Sin embargo, el número de jugadoras registradas no para de crecer.
“No hay como no engancharse”, opinó la entrenadora física Marta Antúnez, responsable hasta 2008 del Área Mujer de la Secretaría de Deportes de la Nación, en torno al Mundial de Fútbol que inició el 11 de junio en Sudáfrica y siguen alrededor de 26 millones de espectadores y espectadoras de todo el planeta, según datos de la Federación Internacional de Fútbol Asociado (FIFA). En ese marco, la especialista en género y deporte lamentó que todavía se excluya a las mujeres del fútbol.
La FIFA confía en que la afición originada en este torneo masculino se renueve durante el próximo campeonato mundial femenino en 2011 en Alemania. Ese es el marco en que fomenta el desarrollo del fútbol femenino y ofrece cada vez más oportunidades a jugadoras, entrenadoras, árbitras y funcionarias. Sin embargo, Antúnez aseguró que “el fútbol sigue siendo un deporte fundamentalmente machista, donde se mantiene esta cuestión de que si sos mujer, no sabés”.
Alejandra Waigandt de Artemisa Noticias.
La entrenadora cuestionó estereotipos que muestran a la mujer como objeto: “No hay modelos femeninos para las mujeres orientados hacia lo deportivo, en cambio, sí hacia lo externo, hacia lucir bien”. Antúnez agregó que “hay una conspiración social que favorece esa cuestión de que la mujer no sabe, no puede”, y cuenta en esta trama a las 208 federaciones de fútbol integrantes de FIFA, los patrocinadores oficiales de las Copas del Mundo, las empresas con derechos televisivos, profesionales de radio y televisión, periodistas gráficos y fotógrafos, todos los cuales reproducen estereotipos de género.
“Si reproducís (códigos machistas) entrás al círculo, de lo contrario, quedás afuera. Creo que es imposible construir una identidad femenina bajos esas condiciones, ya que las mujeres no somos como los varones”, sentenció la ex atleta. Además, argumentó que “el espectáculo mundialista vende, no enseña, por eso no interesa instalar el tema de la equidad para que participen más mujeres”.
Desde la primera edición de la Copa del Mundo en 1930 en Uruguay, se disputaron 708 partidos (sin contar los 64 que se jugaron este año) y ninguna mujer llegó a arbitrar una contienda mundialista masculina, ni siquiera como jueza de línea. Tampoco lograron llegar las directoras técnicas, que deben conformarse con dirigir únicamente equipos femeninos. No ocurre lo mismo con los varones, ellos arbitran en los mundiales femeninos y obtienen primeras planas al dirigir seleccionados de mujeres.
La hinchada
Falta mucho por hacer en términos de igualdad de oportunidades en el fútbol, pero es indiscutible que el Mundial en Sudáfrica 2010 es una de las fiestas más participativas del planeta, y la inconmensurable felicidad que acompaña a esta Copa Mundial atraviesa a mujeres de todas las nacionalidades. Ellas siguen a sus equipos favoritos, van a los estadios, comparten esa pasión con familiares y amigos, inclusive ocupan lugares en los bares frente al televisor.
“El varón aún se siente invadido cuando una mujer expone su entusiasmo por el fútbol, por eso opta por la descalificación”, señaló la socióloga Adolfina Janson, autora del libro Se acabó ese juego que te hacía feliz, sobre el fútbol local femenino. Al mismo tiempo, “para hablar de este deporte, una mujer tiene que saber muchísimo, debe dar opiniones calificadas. Sin embargo, creo que cada vez es más escuchada”, destacó.
Por su parte, la jugadora de Boca Juniors Rosana Gómez prefiere no intervenir en una conversación sobre fútbol cuando hay varones que desconocen su identidad. “Hay mucha gente que opina sin saber nada”, dijo la volante femenina, en referencia a los debates que ocurren a diario donde trabaja. “Ahora, si alguien opina que las mujeres no sabemos de fútbol, peleo a muerte, las mujeres sí sabemos y participamos cada vez más”, aseveró.
Gómez dijo que “hay muchas mujeres en los estadios (sudafricanos), pero la televisión no las muestra dando una opinión más técnica sobre fútbol, en cambio ves una entrevista a Susana Giménez”.
Las mujeres crecieron en los estadios durante la década del ‘50, época en que dirigentes como el presidente de la Asociación Alemana de Fútbol, Peco Bauwens, afirmaban que “el fútbol no es un deporte para mujeres”.
De acuerdo a una investigación de la firma Omnicom Media Group, integrada por agencias de medios, ‘las mundialistas’ son las mujeres que siguen exclusivamente el evento y valorizan prácticas como los encuentros con amigos y familiares y el renacimiento del sentimiento nacional. Existen otros perfiles bien diferenciados: ‘las futboleras’, que comparten la misma pasión que los varones, y ‘las antifútbol’.
Las jugadoras
Fue la incansable lucha de las jugadoras femeninas la generadora de los principales avances en materia de fútbol. Este deporte cobró popularidad entre las mujeres en la década del ’70 y generó inclusive un cambio de mentalidades entre las asociaciones afines a la FIFA, que aceptaron la importancia del fútbol femenino. Tras el ingreso de la primera mujer a la conducción de la FIFA, la alemana Hannelore Ratzeburg, una década más tarde, se creó la Comisión de Fútbol Femenino, y se dispuso la Copa Mundial de Fútbol Femenino con periodicidad de 4 años impares, un año posterior al mundial masculino.
La socióloga Adolfina Janson aseguró que ocurrió un importante avance durante la Copa Mundial de Italia en 1990, donde el presidente de FIFA Joseph Blatter afirmó que en adelante el fútbol sería de las mujeres. “La FIFA enciende luz verde para que organizaciones con AFA (Asociación de Fútbol Argentino) abran las puertas a las mujeres, organicen torneos femeninos y los seleccionados nacionales”, recordó la experta.
En 1991 se desarrolló en China el primer mundial de fútbol femenino reconocido por FIFA (los torneos intercontinentales se venían realizando de manera extraoficial desde 1970). La sexta edición de este torneo se celebrará en 2011 en Alemania, que es uno de los países favoritos junto con Estados Unidos, Noruega, Suecia, Brasil y China. En Argentina la selección nacional de mujeres logró participar en una Copa Mundial recién en la tercera edición de este torneo realizado en Estados Unidos en 2003. El fútbol femenino albiceleste sigue siendo amateur y según los testimonios de las jugadoras que aparecen en contados medios de comunicación urge organizarlo a nivel de las divisiones inferiores.
Por otra parte, escasean los incentivos económicos, lo cual redunda en falta de oportunidades para las mujeres. Esta situación afecta a la mayoría de los clubes locales, solamente Boca Juniors y River Plate están en mejores condiciones para brindar apoyo financiero a sus jugadoras. La xeneize Rosana Gómez, que dio sus primeros pasos en Rosario Central, recuerda que, tras participar en un amistoso contra el equipo de Boca, la dirigencia xeneize le propuso que integrara el plantel femenino. “Cuando hice las pruebas correspondientes en 1998 no había dinero para pasajes ni para estadías. A las chicas que veníamos del interior se nos hacía muy difícil. Nos alojábamos en la casa de amigos o conocidos. Subsistí con viáticos un año más tarde porque integraba oficialmente el equipo femenino del club y porque me convocaron para integrar la selección nacional”, señaló Gómez, que llegó a participar en las Copas Mundiales de Fútbol Femenino de 2003 en Estados Unidos y 2007 en China.
“Aún hay discriminación, en especial en los clubes más pequeños”, apuntó la profesora especializada en pedagogía del deporte Claudia Kugelmann en una entrevista a IPS. “Allí donde los recursos son escasos, donde no hay dinero o lugar suficiente, los equipos de mujeres siempre se ven desfavorecidos”. Sin embargo, (las mujeres) “van conquistando de manera creciente los dominios masculinos”, dijo Kugelmann. Según FIFA, la cantidad de jugadoras registradas aumentó más de 50% entre 2000 y 2006, mientras que, en el caso de los varones sólo creció 21% en el mismo periodo.
Alejandra Waigandt de Artemisa Noticias (entremujeres,com)