Ellas también disfrutan la cancha. Más de 1000 mujeres participan los fines de semana en campeonatos locales.
Que el país se paralice un poquito todos los domingos, que cada edición del Superclásico supere el rating de la anterior, significa que el fútbol tiene un lugar protagónico en estas tierras. La Selección mayor, aunque no obtuvo ningún título desde la Copa América de 1993, es candidata en cada Mundial. Sin embargo, en un país indiscutiblemente futbolero, la práctica de este deporte en manos – más bien, en pies – de las mujeres no es tan popular como en otros países, incluso en aquellos donde los varones no se destacan.
Las mujeres son “ciudadanas de segunda en el campo del juego más popular argentino” señala Mónica Santino, ex jugadora y directora técnica, en el prólogo de Se acabó ese juego que te hacía feliz (Aurelia Rivera). Su autora, la socióloga especializada en deporte Adolfina Janson, recoge estadísticas de la FIFA de 1991, cuando se celebró el primer Mundial femenino: había en el mundo 4 millones de jugadoras; la mitad de Estados Unidos, 600 mil de China y 500 mil de Alemania.
Actualmente, la asociación que engloba a las futbolistas profesionales de Estados Unidos cuenta con nada menos que diez millones de federadas, no sólo de ese país, que lidera el ranking mundial de FIFA, sino también de Alemania, Noruega, Brasil y China. La existencia de becas para estudiantes que llegan hasta los 100 mil dólares y la práctica desde que son muy chicas hace del “soccer” femenino un deporte sumamente popular en ese país.
En Brasil, cuya Selección se ubica segunda en el ranking, “el fútbol empieza por su geografía: se juega en las playas y lo juegan todos. No hay discriminación para el que guste del juego. ¿Por qué no iba a haber espacio para las mujeres?”, explica Janson. El país carioca es cuna de Marta, consagrada cinco veces como mejor jugadora del mundo hasta que este año Homare Sawa, de Japón, le robó el galardón. Es justamente el país nipón – cuya selección masculina nunca superó los octavos de final de un Mundial – quien se ubica en el tercer puesto de la FIFA. En China, posicionada entre las veinte primeras en el mundo, el deporte llegó tras la liberación cultural y económica que sucedió a la muerte de Mao en 1976, según detalla la especialista.
En cambio, en Argentina el éxito deportivo y la popularidad aún se hacen esperar: el Seleccionado argentino de mujeres, que no clasificó para el Mundial de 2011, se ubica en el puesto 35 del ranking de FIFA. “Hay grandes jugadoras, pero el fútbol de hombres todavía tapa mucho al de mujeres en cuanto a sponsors y también en cuanto a atraer a la gente”, explica Salvador Stumbo, presidente de Fútbol Femenino de AFA desde hace 17 años.
Para Stumbo, el quid de la cuestión es económico: “No le encontramos la vuelta para obtener recursos. Por año, la FIFA aporta sólo 50 mil dólares para fútbol femenino de campo y de salón; y aunque AFA aporta 500 mil dólares para cada una de las disciplinas, ese dinero proviene del fútbol de varones porque el de mujeres aún no genera un negocio”, explica. Eso repercute en las aspiraciones económicas que puede tener una chica a la hora de dedicarse de lleno al deporte: una jugadora de la Selección Sub 20 de AFA percibe entre 70 y 80 pesos, en concepto de viáticos, por cada vez que viaja al predio de Ezeiza para entrenar, y eso ocurre tres veces por semana. Cuando viaja al exterior – el domingo terminó el Sudamericano de Curitiba – recibe 25 dólares diarios, además de tener los gastos cubiertos.
“Todavía no existe un profesionalismo que les permita a las chicas vivir del fútbol; entonces en determinado momento queda sólo como un divertimento”, reflexiona Stumbo, mientras que Janson sostiene que “la vigencia de muchos deportes (…) no se explica sin las razones económicas”. La falta de dinero incide en el escaso desarrollo de las divisiones inferiores de los clubes, subraya Stumbo.
Sin embargo, en términos amateurs son cada vez más los equipos de chicas que se inscriben en alguno de los torneos femeninos que se organizan a la par de los masculinos en Capital Federal y el Gran Buenos Aires. Paula Fernandes Delgado, creadora de Fútbol a lo femenino, una escuela que se propone “enseñar el deporte sin perder la feminidad”, detalla que son más de mil mujeres las que cada fin de semana participan de los campeonatos. Tal vez en esas canchas, aunque millones de personas no lo noten, también el mundo se paralice un ratito.
POR JULIETA ROFFO (Diario Clarín)http://www.clarin.com/sociedad/Futbol-femenino_0_641336002.html