Leonetas es un equipo de fútbol que juega la Copa Mafalda y entrena dos veces por semana. Se formó en la escuela Mafalda Fútbol y, según ellas, jugar al fútbol es un espacio de militancia y disputa de sentidos.
Todos los lunes a las diez de la mañana, varias jugadoras de Leonetas comienzan la semana con un entrenamiento de fútbol. Lugar, “El Predio, Villa Crespo”. A las 11.30, algunas van a la ducha y otras preparan mate para quedarse un rato más en el césped. Mafalda Fútbol, a cargo de Alan Bliman, comenzó a fines del 2014 con siete jugadoras. Los entrenamientos eran en la Plaza Mafalda, de ahí su nombre. Hoy, cuenta con 150 jugadoras, dos espacios de aprendizaje de lunes a jueves y una Copa los sábados en la que participan 18 equipos. Leonetas entrena y juega en el torneo. Por primera vez, cuenta con un equipo en la A y otro en la B. Mientras abren unos bizcochitos, Analía Fernández Fuks, Paula Erijman, Magalí Vilaseca, Paloma Dulbecco y Andrea García forman una ronda cerca el círculo central y se preparan para el tercer tiempo.
HoySeJuegaFem: ¿Cómo comenzó su relación con el fútbol?
Paula: En mi caso, empezó en Mafalda. Nunca me había planteado jugar al fútbol. Una amiga que organizó los primeros entrenamientos con Alan me invitó a la Plaza Mafalda (de ahí su nombre). Me gustó porque es un deporte colectivo.
Paloma: Mi relación con el futbol empezó desde chica. Es un vínculo muy especial con mi papá. De ahí, empecé a ir a la cancha, ver los partidos por la tele, saber todos los jugadores de Estudiantes (de la Plata). Hace unos años, una amiga me convocó para jugar durante la semana. Después, conocimos este espacio. El fútbol es hermoso porque es fácil para organizar: te llevas unos botines y cuando querés, jugás.
HSJF: En clave género, ¿Cuáles creen que son las dificultades que se les aparecen a las mujeres a la hora de hacer fútbol?
Magalí: El machismo. Hace tres años, cuando jugábamos en la plaza, cerca del CEAMSE, pasaban los del camión y nos gritaban que fuéramos a lavar los platos. Ahora que juegan más mujeres, esta situación de a poco se fue aceptando.
Andrea: El ámbito del deporte es un espacio dominado por los hombres, más aún el fútbol que siempre fue propiedad del macho. Hubo avances, pero faltan oportunidades para practicarlo en el espacio público. Sobre todo para las más chicas porque nosotras podemos alquilar una canchita y jugar cuando tengamos ganas.
Paloma: El disciplinamiento de los cuerpos que comienza desde muy chica. En la primaria nos dividían entre hombres y mujeres porque ellos, por ejemplo, tienen más fuerza. Eso va generando que muchas veces uno se retire de esos espacios. Hay que combatir eso.
HSJF: Desde adentro de la cancha, ¿cuál es el aporte que se le da a esta lucha de género jugar al fútbol?
Analía: El fútbol es un espacio de militancia. Muchas lo habitamos desde ese lugar y eso suma. Para mí, es un lugar de reflexión y análisis que se expande a otros espacios. Por ejemplo, no hay sitio en los grandes medios para las mujeres dentro del deporte. Esos lugares del fútbol son también espacios a ganar. Este es un momento donde hay una base para encontrarse y organizarse y, a partir de ahí, hacer intercambios.
HSJF: ¿Mafalda fútbol cómo contribuye en eso?
Andrea: Esta escuela marca un poco cómo tiene que ser el camino. No creo que cualquier fútbol sea transgresor. En este torneo, compartimos espacios por fuera, esta red que se genera de mujeres se acompañan y se quieren.
Magali: En esta escuela, Alan está abierto a aprender un montón de cosas de nosotras y, también, en cuestiones de género. Por ejemplo, en el lenguaje. Está muy receptivo en modificar ciertos usos instalados como “último hombre”, “arquero”.
HSJF: Junto a esto, ¿qué es lo más significativo que tiene Mafalda fútbol?
Analía: Me atrajo el compromiso del DT, lo táctico, sacar lo mejor de cada una, que entendamos cómo se juega y que exploremos la creatividad de cada una.
Paula: Hay una mirada muy personal sobre cada una, desde lo humano y futbolístico. También un espacio que no para de crecer. Una intención de siempre buscar algo nuevo y mantener el entusiasmo.
Paloma: Rescato la mirada individual y personalizada insertada en un espacio colectivo. Salieron muchos equipos porque hay un DT que se lo propuso. El entrenamiento es siempre con pelota y se hace todo desde ahí. Es un buen espacio para recuperar el tiempo perdido.
Andrea: Muchas veces a las mujeres se les pide menos porque se piensa que van a rendir menos. Y terminamos rindiendo menos. Alan siempre te pide más.
Colaboró con esta nota: Delfina Corti