La selección argentina de fútbol femenino logró su boleto al mundial de Francia, pero no hay pasajes en primera clase. HoySeJuegaFem charló con Valentina Camara, jugadora del plantel sobre el amateurismo que rige en el máximo nivel.
12 años tendrá que esperar la selección argentina de fútbol para volver a un mundial que se disputará en Francia en 2019. En China 2007 fue la última vez que la albiceleste femenina rodó la pelota en una competencia tan importante. Sin dudas uno de los grandes objetivos del 2018 fue la clasificación a este certamen.
Valentina Camara fue protagonista de esta hazaña y en el medio de sus emociones y un fútbol amateur, nos sumergimos en aquel momento. “La clasificación es un hecho importantísimo en la vida de cada una. Consideramos que es histórico para el mismo fútbol femenino”, comenzó contándonos Valentina. “Nos sentimos orgullosas que hayamos sido nosotras las protagonistas de este logro”, le agregó a HSJF.
Argentina participará en el grupo con Inglaterra, Escocia y Japón, todas selecciones con años de profesionalismo, un aspecto que en nuestro país todavía no lo es. “Que el fútbol femenino acá no sea profesional, obliga a que las jugadoras intenten crecer fuera del país. Implica complicaciones a la hora de juntar a todo un plantel para concentrar”, explica Valentina sobre la situación del amateurismo.
“Las complicaciones están presentes a diario. Nuestro premio es ir al mundial y disfrutar de lo que Argentina logró”, suma la volante, que se desempeña en Belgrano de Córdoba, a HSJF. “Si el fútbol en nuestro país fuese profesional, no tengo dudas que sería mucho mejor para la selección argentina y las jugadores que día a día desempeñamos este deporte”.
Por último le consultamos sobre las mejoras para el fútbol femenino en dónde respondió lo siguiente: “El cambio fundamental creo que radica en visibilizar, en encontrar un soporte conformado por medios, por sponsors, y diversas instituciones que encuentren el negocio en el fútbol femenino. No es una idea alocada ya que en diversos países del mundo ya se gestionó hace rato, pero si es una idea lejana en nuestro país”.
Valentina juega de volante y en algunas ocasiones puede hacerlo también como defensora. Vestir la camiseta celeste y blanca de la selección la llena de orgullo y junto al espíritu amateur fue lo que llevo a la selección a dar un salto importante.