Marcela Dotta es jugadora de Independiente en Futsal, pero no quiere abandonar los partidos del miércoles con sus amigas, para seguir viviendo la pasión del deporte.
En las horas de educación física del colegio jugaba con sus compañeros varones al fútbol. También los sábados, cuando participaba en los torneos de ajedrez, entre partido y partido, “jugábamos con los chicos con una tapita de gaseosa en el patio”. Son los primeros acercamientos que recuerda Marcela Dotta (29) con este deporte.
Les había comentado a sus papás que quería jugar al fútbol. “Un día, mi vieja estaba mirando los clasificados y vio que en un cuadrado chiquitito figuraban cinco o seis lugares para hacer fútbol femenino”. A partir de ese momento, con 12 años, comenzó a jugar en una cancha. Cuenta que se decidieron por la más cercana que estaba en Avenida Independencia, “no recuerdo la dirección exacta. Ahí conocí a Mónica Santino, una referente de esta disciplina”, indica la jugadora.
Después, su camino fue a la par de la entrenadora, “donde iba ella iba yo. Siempre conté con el apoyo y el acompañamiento de mi familia y especialmente de mi viejo”. Así fue como pasó por diversos clubes: Boedo Juniors, Primera Junta, Atlanta, San Telmo, Buenos Aires Sur. Luego, cuando cerró la escuela de Mónica en San Telmo, Marce siguió jugando con amigas, alquilando canchas o en torneos.
El año pasado comenzó su historia como jugadora del club de sus amores: Independiente. “Fui a probarme y quedé”, enfatiza. Actualmente, Marce es parte del seleccionado de Futsal de CAI en primera y tercera división. “Esta modalidad es la que más me gusta. Me resulta más entretenido que los partidos de fútbol 11”. Su rutina semanal en el club se divide en dos días de entrenamiento y partidos el fin de semana. “Los martes hacemos físico, trabajos con pelota y finalizamos con un poco de fútbol, parando para realizar jugadas. Los jueves se destinan más que nada a trabajos con pelota y se analiza cómo vamos a jugar la fecha del fin de semana”.
Si bien para Marcela es un sueño cumplido estar jugando en Independiente, a la par mantiene firme el partido de los miércoles con sus amigas, como hace años, porque también es fundamental en su vínculo con este deporte. “Aunque en este momento no estoy jugando torneo con ellas, cuando puedo me prendo y también participo”.
Cuenta que formar parte de un equipo competitivo le aportó, principalmente, orden en la cancha y compromiso. En Independiente juega de defensora, “la posición que más gusta porque al no tener velocidad de arranque necesito espacio para obtenerla”, comenta Marce. Y agrega: “Con mis amigas juego más tranquila y relajada y voy por toda la cancha, no me dedico tanto a marcar”.
En los 17 años que lleva jugando al fútbol advierte que hubo muchísimos cambios. “Ahora es común ver grupos de mujeres alquilando canchas y ni hablar de la variedad de torneos y clubes donde se puede entrenar. También hay partidos de fútbol femenino en televisión. Empresas que organizan torneos de fútbol para sus empleadas. Hay un gran crecimiento, obviamente, gracias a mucha gente que viene luchando por esto”. Sobre la situación de su club indica que al estar en la sede de Boyacá “estamos un poco desplazadas. Nosotras junto a nuestro DT venimos luchando para que haya más apoyo a nuestra actividad”.
En lo que va del año, Marcela estuvo jugando con la primera de su club en la liga BAFI. Están punteras, restan tres partidos para finalizar el campeonato y lleva anotados cinco goles.
Entre los pendientes señala que siempre quiso estudiar para ser entrenadora. “No sé si me veo en un futuro dirigiendo un equipo porque es difícil que pueda vivir de esto. Quizás lo haga como un hobby”. Para cerrar, le pedimos a Marce que resuma qué es el fútbol en su vida: “Este deporte te enseña a jugar en equipo, el compañerismo, el compromiso hacia el otro. También a ser competitiva pero a la vez aprender a perder. No sé cómo explicarlo pero no me entra en la cabeza una vida sin fútbol”.
Colaboró con esta nota: Sol Trucco
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