Una de las jugadoras de la Asociación Civil «La Nuestra Fútbol Femenino» tiene una lesión severa en su rodilla y necesita operarse cuanto antes para volver a la cancha. Sus compañeras están realizando acciones para juntar los fondos necesarios para la cirugía.

Son las 6 de la tarde. Los últimos destellos de luz caen sobre la cancha de Güemes de la Villa 31 de Retiro, en la Ciudad de Buenos Aires. Ya hay movimiento. Las pelotas pican sobre la alfombra verde, las más chiquitas revolotean alrededor. Las entrenadoras preparan los ejercicios para arrancar con la práctica, acomodan los conos y dan las indicaciones.

Cury tiene las manos en los bolsillos del jogging, mira de reojo parada en el borde de la cancha. Tiene puesta la campera y la mitad de la cara cubierta por la bufanda. El cuerpo se balancea -tira instintivamente- quiere meterse en la cancha pero hoy no va a entrar. Hace unas semanas que dejó de hacerlo. Una pelota cae cerca, tiene el acto reflejo de ir a buscarla, apenas da unos pasos para alcanzarla siente el dolor en su rodilla, ese maldito dolor que la hace sufrir tanto. Aunque, en realidad, lo que le duele es no poder hacer lo que más ama en la vida: jugar al fútbol.

Yanina Brandan tiene 22 años, es la 10 del equipo “Las Aliadas de la 31″ de la Asociación Civil «La Nuestra Fútbol Femenino». Para todas es Cury, el apodo que le puso su abuelo. Su vida es el fútbol y por eso la está pasando muy mal fuera de la cancha. Tiene una lesión severa en su rodilla izquierda y tendrá que someterse a una operación para volver a jugar.

20160721_200851Hace siete años que Cury se acercó a La Nuestra. “Desde que empecé nunca falté a los entrenamientos”, enfatiza. Cuenta que llegó a este espacio por un programa de adolescencia que estaba en la escuela “porque a mí me gustaba mucho jugar al fútbol, al principio con los varones. Jugaba de chiquita y no había muchas mujeres que jugaban en el barrio como ahora. Mi posición es de enganche como Riquelme que hace los pases y tira los tiros libres. A mí me gusta eso”, explica la jugadora hincha de Boca.

En La Nuestra entrenan los martes y jueves de 18 a 20 y una vez a la semana tienen una hora de taller y de charla. “Un espacio grupal en el cual las jugadoras expresan y aprenden nuevas formas de resolución de conflictos, se establece identidad y pertenencia y se canalizan las diferentes problemáticas que viven desde su condición de mujeres jóvenes en situación de exclusión social”, destacan las referentes del espacio Mónica Santino y Juliana Roman Lozano.

A través del fútbol, Cury tuvo la posibilidad de viajar y de participar en otras actividades como el Encuentro de Mujeres. Su experiencia inicial en el encuentro fue en Salta. Cuando supo el lugar donde se hacía pensó inmediatamente en buscar a su abuela, a quien nunca había visto. “Mi mamá hacía 20 años que no sabía nada de ella, desde que se vino de Salta. Antes de viajar me dio los datos de dónde podía encontrarla”. Estando allá, un domingo a la mañana sus amigas la acompañaron hasta la Villa San Lorenzo. Preguntando y con ayuda de la gente del lugar llegaron a una casa, golpearon, salió una señora. Sin preguntar nada, solo con las miradas, abuela y nieta se encontraron. Y entre charla y mate, descubrieron una coincidencia maravillosa, la abuela de Cury jugaba al fútbol.

En el año 2011 hizo su primer viaje al exterior al campeonato mundial de fútbol callejero. Fue seleccionada por su barrio para integrar el equipo que viajó a Francia. Recuerda que su papá no la dejaba ir porque tenía miedo de que le pasara algo. Las entrenadoras lo convencieron, y hasta le gestionó los papeles que necesitaba. “Mi papá era muy bueno jugando al fútbol hasta que tuvo un accidente que lo dejó inválido. Por eso no sale mucho de mi casa pero con lo del viaje se movió para hacerme el certificado”, cuenta Cury.

En esa gira jugaron contra China, cuartos contra Colombia y la semifinal contra México. En ese partido se lesionó. “Fui a trabar una pelota y la jugadora mexicana me dio un planchazo de frente y tuve que salir de la cancha”. La vuelta del viaje la hizo con una férula. Luego se recuperó y siguió jugando.

El año pasado, el destino fue Alemania. En ese viaje comenzaron sus molestias. “Bajando las escaleras del hotel sentí un pinchazo muy fuerte. Después, cuando intenté subir al colectivo me pasó de nuevo… Me puse a llorar porque no sabía lo que me estaba pasando, nunca había sentido ese dolor. Me tuvieron que trasladar en silla de ruedas”.

Al retorno del viaje, con el apoyo de sus amigas y del grupo sacó un turno en el hospital para hacerse los estudios. Le diagnosticaron una rotura de menisco y tiene un cartílago muy dañado. La operación es su única alternativa para recuperarse y necesita hacérsela cuánto antes. En el Hospital de Clínicas tiene que esperar como mínimo seis meses. Se puso muy triste con la noticia, porque además de no poder jugar se le hace muy difícil trabajar. “Me levanto a las 7 de la mañana y a las 8 estoy saliendo. Trabajo en Espacio Público, limpio los carteles y las paredes y como tengo que caminar mucho cada vez me cuesta más”.

Entonces, desde La Nuestra decidieron movilizarse para recaudar los fondos necesarios para pagar la cirugía fuera del hospital público. Organizaron una campaña para recaudar los 30 mil pesos que necesitan. “Nuestra jugadora además de desempeñarse con mucho talento en el campo de juego es parte vital del grupo que conformamos jugadoras, entrenadoras y talleristas de nuestro grupo de trabajo. La necesitamos de nuevo en la cancha haciendo lo que más le gusta. Sabemos mucho de enfrentar y superar dificultades colectivamente por eso esa rodilla izquierda nos duele a todas y nuestro mejor gol será el que ella haga cuando vuelva a poder jugar”, destaca el texto de la campaña.

Las acciones para recaudar los fondos ya empezaron. “La semana pasada armé un torneo para varones en la cancha que está al lado de mi casa”, señala Cury. Y también vendió choripanes en un evento. “El sábado 30 de julio arrancamos con un torneo relámpago de mujeres (fútbol 9). Vamos a tener un buffet y también vamos a vender remeras, postales y anotadores. Todo hecho por nosotras”. El torneo comienza a la mañana y termina a las 14. Y hay dos jornadas relámpago más el sábado 6 y el 13 de agosto. La inscripción de los equipos tiene un valor de 300 pesos.

Cury ahora está esperanzada. “Nos estamos moviendo mucho con la ayuda de todas las chicas. Y pienso que en poco tiempo me voy a poder operar”.

Para más información:
Mail: lanuestrafutbolfemenino@gmail.com
Teléfono: 15-5993-6728

También hay otra forma de colaborar a través de donaciones en la plataforma Generosity
https://www.generosity.com/medical-fundraising/operacion-de-rodilla-de-nuestra-10-knee-surgery–3/x/14567617

Colaboró con esta nota:
Solana Trucco (@Soltrucco)

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